Antes de que la figura de que el Comisario Nelson Lillo cayera en desgracia, al conocerse públicamente sus brutales actuaciones durante la dictadura, que incluyeron montajes, secuestros, torturas y asesinatos, algunos de las cuales terminaron en condenas – teniendo numerosos otros procesos judiciales todavía abiertos- este condenado torturador era un personaje muy requerido por los medios. Considerado “héroe” y apareciendo incluso en la portada de la Revista Cosas, La revista de la “Gente Linda”.
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